Por WB.
Villa Durazno es un pequeño pueblo de la Patagonia que no figura en los mapas y adonde solo “se llega por suerte, destino o invitación”. El origen del pueblo es el asentamiento, a mediados del siglo XIX, de las viudas que dejó la Mazorca de Juan Manuel de Rosas.
El gobierno de Villa Durazno es un matriarcado natural de mujeres sensuales y guerreras expertas en el sexo y en la lucha con facón: las Azucenas. Todas las mujeres se llaman Azucena; y todos hombres se llaman Toni.
A lo largo de su historia, Villa Durazno sufrió ataques e invasiones que fueron repelidas por el valor inagotable de las Azucenas y la insaciable sed de sangre de sus cuchillos. Pueden dar cuenta de esto los nazis, los Justicialistas de los Últimos Días y hasta el Homungulem, un monstruo creado para devorar el universo, entre otros enemigos.
Más allá de estos conflictos, la vida en Villa Durazno se desarrolla en paz y armonía. Las Azucenas crían y adoran a los camellos y a los caranchos peregrinos. Y una vez al año realizan La Celebración, la festividad tradicional del pueblo donde, además de armarse tremendas orgías sexuales, hace su aparición estelar el Gaucho sin Cabeza.
Y es que justamente #VillaDurazno, MeGusta es la 7ma parte de la monumental Saga del Gaucho sin Cabeza que, desde 2013, viene escribiendo el Agente Rayo. Fue publicada en marzo por editorial Urania.
La presentación de esta nueva entrega se hizo en la sede del TRE –Teatrito Rioplatense de Entidades–, una casona del barrio de Flores adonde también solo “se llega por suerte, destino o invitación”.
Fue la presentación de libro más original a la que haya ido. Ingresar al cuartel general del TRE es ingresar a un mundo del cual no se sale indemne.
Además de comida y bebida, la presentación incluía un circuito de juegos entre los que podíamos optar por una perinola gigante, arrojar dardos a la figura de Rosas, decapitar un mazorquero o probar puntería en un Sapo que, en vez del clásico batracio, estaba coronado por la cabeza de un mazorquero hipster.
Todos los juegos tenían premios o castigos. Y todo estaba visualmente ambientado con la simbología de la saga del gaucho descabezado y la singularísima cosmogonía del mundo del TRE que hasta se rige por un calendario propio.
De fondo, todo el tiempo hubo música y risas, diversión delirante.
Foto: Mariano Sanjiao |
El punto fuerte de la presentación fue la súbita aparición del Agente Rayo, luciendo una galera y siempre detrás de su antifaz. Hubo lectura con ambientación sonora y luego un bingo que, por supuesto, tampoco fue convencional. El bingo del TRE en vez de números tiene imágenes, referidas a su mundo y sus obras, además de un reglamento complejo que exaltó el ánimo de un público ávido por ganarse el nuevo libro.
Y es que en esta 7ma parte de la Saga del Gaucho sin Cabeza, Villa Durazno se las tiene que ver con el enemigo más terrible que, tal vez, haya debido enfrentar en toda su historia: Internet y la telefonía móvil. Esta vez, la batalla a ganar era la cultural.
Cuando inesperadamente los celulares irrumpen en Villa Durazno, y las impactantes imágenes de La Celebración de las Azucenas se filtran en las redes sociales, el mundo pone el ojo (de las cámaras) en el enigmático pueblo ubicado en ese impreciso confín del planeta.
Y de pronto, en medio de la alienación touchscreen de las Azucenas, las fronteras de la privacidad de Villa Durazno son derribadas por el poder corporativo de Qanatik, la red social de videos creada por un híper millonario árabe para desbancar a YouTube.
Literalmente, el pueblo sufre la invasión de productores, camarógrafos y de los personajes estrellas de la plataforma, entre los que se cuentan: Oddur, un islandés obeso que come grandes cantidades de comida de una sola sentada y con sus excrementos fabrica hamburguesas; Ilie e Ilinca, dos hermanos enanos que parecen niños que se dedican a las más perversas prácticas sexuales y Geovanny, un pandillero salvadoreño de la mara MS13 y su pandilla biónica “Salvatrónica”.
El saqueo de imágenes se pone en marcha. La intimidad y privacidad de las Azucenas es desangrada en miles de horas de filmación y producción de contenidos espectaculares para el consumo masivo de la red social.
Sin embargo, las Azucenas lograrán reaccionar y despertar a tiempo de la anestesia estupidizante del “Me gusta”. Pero no será fácil, Qanatik defenderá su materia prima con los Yoasmis, un ejército de mercenarios asesinos contratados por la red social. Tecnología y armamento de vanguardia contra facones. La sangre correrá otra vez en Villa Durazno.
Ah, casi me olvido: en medio de todo este quilombo también aparece el Gaucho sin Cabeza.
#VillaDurazno, MeGusta (y doy por sentado que toda la saga del Gaucho sin Cabeza) se convertirá, si ya no lo es, en una obra de culto. Una novela de escritura clara y ritmo de video clip, una trama ingeniosa, personajes vívidos e inolvidables, amables y detestables, una historia sustentada en la Historia pero filtrada por una propuesta de realismo delirante que, además, tiene un mensaje crítico y contundente sobre las tecnologías de la información y comunicación y sobre los actuales hábitos de consumo cultural.
#VillaDurazno, MeGusta (2018) de Agente Rayo fue publicado por el sello Urania.
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