Taller de Lectura | Sobre "Desayuno perfecto" de Alejandra Kamiya


En el cuarto encuentro del Taller de Lectura a Distancia de #LaAquateca leímos el cuento "Desayuno perfecto", de la escritora Alejandra Kamiya. La voz narrativa fue impactante para varios de los lectores, también la precisión, lo despojado y filoso de la prosa. Como en otras ocasiones, comparto un resumen de los principales comentarios:

«Es un texto claramente femenino: palabras simples, con descripciones precisas de objetos cotidianos, vinculado a afectos familiares, sobre un acto universal y repetido como es el desayuno. La técnica empleada que recorre todo el texto: "vas a..." remite a las obligaciones tradicionalmente a cargo de las mujeres. No es casual que los otros dos personajes sean hombres. Hay una necesidad de servir, de garantizarle al otro su confort, su alimento; lo que vienen haciendo las mujeres desde hace siglos. Las palabras utilizadas han sido elegidas bajo un microscopio. El tiempo (como va incluyendo objetos, detalles, gestos del hijo y esposo) está diseñado con un pincel suave, que dibuja tenue, sigiloso, pero que carece de dudas. La inclusión de palabras japonesas, como "miso shiru" y otras, refuerzan la idea de que estamos frente a una ceremonia universal y como lectores las aceptamos sin ningún problema. No molestan, al contrario, le dan un tono cultural específico que ahonda nuestras percepciones acerca de qué es, o qué debería ser una mujer japonesa. Ese lento describir, sutil, casi sin altibajos de la autora respecto de la acción de la mujer resulta violentamente transformado con el final: la muerte. Una muerte que ㅡcomo el textoㅡ no pretende ser heroica ni pomposa, solo una muerte doméstica. Como no tenemos elementos concretos a lo largo del cuento que nos permitan explicar esa muerte ㅡsi bien hay algunos símbolosㅡ podríamos pensar que el texto ha querido ser una proclama contra la sumisión y la dominación femenina; pero no expresada en un panfleto, sino a través de un cuento extraordinariamente bien escrito.»
Susana Novick

«¡Qué belleza! Desde el inicio uno puede imaginar el final, hay algo en los detalles, en tanta perfección, sin embargo, eso no le quita sorpresa, al contrario, porque uno lo espera pero no se imagina cómo va a lograr no perder el equilibrio, esa parsimonia que mantiene durante todo el relato, ese fluir. La autora va dejando pequeñas pistas, detalles sutiles que acrecientan el deseo de llegar al final. Y al llegar, esa muerte tan apacible, como un viaje... ¡me dio un escalofrío en toda la espalda! Para la voz del narrador no podía haber elegido mejor. Voy por "Arroz".»
Mirtha Caré

«Quizás haya sido el ventilador que en estos días de tanto calor da vueltas y produce cierta monotonía a mi alrededor mientras leía el cuento; las paletas girando y la sensación de lo inevitable en el cuento, un preludio donde las rutinas son terribles y perfectas. El ritmo que Alejandra imprime a la narración recrea con claridad visual cada paso de esa mujer, un ser sin motivaciones ni emociones, y sin embargo hay una cierta humanidad en el final, el esperar a que cada uno se vaya de la casa para suicidarse.»
Daniel Fuster

«Tremendo el cuento de Alejandra, lo conocía y la relectura me volvió a dar una sensación de ahogo. Es una gran danza donde la voz narradora en segunda persona podría ser como la voz de su conciencia dándole fuerza, animándola, diciéndole el paso siguiente a seguir y así hasta el desenlace. Contundente, agudo y poético en el dolor.»
Loli Ros

«Excelente. La precisión con la que la autora construye cada frase es inmejorable. La combinación de culturas crea una atmósfera que acerca al lector a los sabores y aromas de la cocina japonesa. Un final que sorprende al lector distraído y que conmueve al que en cada paso interpretó las señales de una mujer que decide ponerle fin a su vida.»
Sandra Serrat

«Me gustó mucho la forma en que esta narrado, a futuro. Nos cuenta todo antes de que ocurra, porque la historia de la protagonista es una historia de rutina, donde no hay lugar para la sorpresa, sino que todo ocurre exactamente igual todos los días; y también de tradición, sin lugar para el cambio, lo nuevo. Bastante destructivas las dos. Una mujer que hace lo que se espera de ella, pero no lo que la hace feliz. Lo terrible es que eso pasa todo el tiempo en todos lados, y creo que esto le da mas dramatismo a la historia. Ella no solo quiere lograr un desayuno perfecto; sino la perfección en todo sentido, y por hacer "lo que debe" para lograrlo, se pierde a si misma y llega a un limite. Y como en su vida nada se sale de control, hasta la última palabra del relato, todo se ejecuta exactamente como fue planeado. Me gusta la descripción de la preparación del desayuno, con cada ingrediente, cada detalle transmite tranquilidad.»
Guillermina Nabarro

¡Muy buen cuento! Coincido con otros comentarios en que está muy lograda esa voz en segunda persona, tan rara o poco usual. Es delicado el devenir del cuento, pero también taxativo: no hay opciones. Es como si todo estuviera predeterminado en esa vida, que se acepta resignadamente. Por eso lo "filoso" que apuntó otro lector, me parece. Creo que eso también muestra rasgos de esa cultura oriental: delicado pero inflexible. Gracias por este cuento, ¡es muy bueno! ¡Gracias Maumy!
Nora Morini

«Maumy: Conocía este cuento, creo que fue uno de los primeros que leímos en tu taller de escritura, lo comento porque la relectura después de casi un año, me resulta conmovedora y descubro aspectos que no había visto en aquel momento, por ejemplo cuando Alejandra dice: el reposo es importante en todo... un haiku, brevedad, aforismo, metáfora, advertencia, todo ello oculto tras la recomendación culinaria. Observo tensiones entre la búsqueda de la perfección —expresada en cada uno de los detalles de ese desayuno que tiene que ser único— y la rutina —que es pura repetición, no cambio, monotonía—, angustia y desesperación a punto de estallar, servidas en la mesa perfecta, inolvidable.
La imagen de la madre observando a su hijo dormir el sueño de papel de Hiro, tal grado de belleza y amorosidad en esas palabras, sin embargo nada la detiene en su propósito, no hay grieta en la lisura de su plan. La voz que narra, alguien que está fuera de la protagonista del cuento, la lleva, la conduce y ella no se resiste, obedece convencida que así debe ser y me pregunto ¿dónde está su rebelión, su furia, su venganza? Por qué el silencio, el grito que la asfixia y ella inhala sin dudar.
Desayuno perfecto es una obra de arte, Alejandra nos sumerge en un mundo oriental, de detalles que lo dicen todo sin decirlo, hay códigos, señas culturales, identidades, desempeño de roles , relaciones vinculares, que se mueven por carriles que nos son lejanos, extraños, sin embargo, uno podría pensar que la problemática es universal, en Japón hoy, o en cualquier lugar de la tierra donde una mujer no se pueda sublevar, romper su encierro, cuestionar los mandatos, gritar su verdad y luchar pensando que otra vida es posible de construir, aun a costa de su propia vida. Muy buena la elección de este cuento, de esta autora, a quien sin duda seguiré leyendo.»
María del Carmen Allegrone

«¡Muy buen cuento! Coincido con otros comentarios en que está muy lograda esa voz en segunda persona, tan rara o poco usual. Es delicado el devenir del cuento, pero también taxativo: no hay opciones. Es como si todo estuviera predeterminado en esa vida, que se acepta resignadamente. Por eso lo "filoso" que apuntó otro lector, me parece. Creo que eso también muestra rasgos de esa cultura oriental: delicado pero inflexible. Gracias por este cuento, ¡es muy bueno! ¡Gracias Maumy!»
Nora Morini

«Me pareció muy logrado. Me gusta cómo se va desarrollando, un devenir apacible, reposado, delicado. Es como si uno se hamacara con el narrador y acompañara a la protagonista en su desayuno perfecto. El final es terrible y sorprende, pero está narrado con la misma delicadeza del resto. Felicitaciones a la autora. Muy lindo cuento.
(...) 
El final también es sugestivo. Como si la protagonista en vez de morir se deslizara en un sueño. El mar como metáfora de lo infinito, lo desconocido, y quizá latiendo entre líneas una promesa de redención. Quizá. Gracias Maumy por compartir. »
Marco

«Es inusual la elección de la voz narradora en segunda persona como también el tiempo verbal. Me pareció muy original. Me encantó.»
Cora

«Despojado, afilado, preciso. Me encantó.»
Andrea Papini

Estoy muy agradecida con cada uno de los participantes. Han sido cuatro encuentros más que enriquecedores. Por el mes de febrero cerramos las jornadas. Recuerda: el Taller es exclusivo, libre y gratuito para los integrantes de la comunidad de #LaAquateca. Si quieres sumarte solo tienes que registrarte haciendo clic acá o escribirme a difusion.aquavioleta@gmail.com para sumarte a la lista y garantizar no perderte las próximas convocatorias. 

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