Cuestión de Oficio | Encontrar al Moisés, la corrección según Liliana Heker

Liliana Heker [Vía]



Liliana Heker es una de las escritoras argentinas contemporáneas con mayor reconocimiento a nivel internacional. Fue una niña precoz de la literatura. Junto a Abelardo Castillo, fundó las revistas literarias El grillo de papel, El escarabajo de oro y El ornitorrinco. Ha publicado ensayos, críticas, novelas, cuentos y polemizado sobre la realidad cultural. Por su taller han pasado reconocidos autores, entre ellos Alejandra Laurencich, autora del libro El taller. Nociones sobre el oficio de escribir. Fue, precisamente, releyendo ese libro —un título, por lo general, suele llevar a otro— que me encontré con un fragmento de Las hermanas de Shakespeare, donde Liliana Heker habla de la escritura como un hecho artístico y plantea el proceso de corrección de un texto como una forma de encontrar el Moisés dentro de un bloque de mármol. Me pareció un fragmento interesante para cualquier escritor que empieza. Vale la pena tomarse unos minutos para leer lo que dice esta maestra de escritores.
«La primera versión de un texto es solo un mal necesario. Suele estar tan lejos de aquello completo e intenso que uno difusamente ha concebido, que ir construyéndolo provoca cierta inquietud. Lo bueno es lo que viene después: trabajar sobre ese primer borrador, y los que siguen, hasta ir acercándose lentamente a eso que busca. Cuando uno descubre que ese es, de verdad, el acto creador, que corregir no es otra cosa que ir encontrando el Moisés dentro del bloque de mármol, cuando uno se desentiende del tiempo que lleva ese acercamiento y solo le importa hasta qué punto el texto va aproximándose a la forma que le corresponde, entonces ya no necesita que otros le confirmen que es escritor. No hace falta que le digan que el texto literario es un hecho artístico. […] La inspiración no existe, en eso se parece a las brujas. Entonces, cuando las palabras parecen cantarle a uno en la oreja, y siente que todo lo que está escribiendo tiene la música justa, el ritmo exacto, la tensión precisa que debe tener, uno puede llamar a ese estado de privilegio como más le guste, pero lo mejor es que suelte el freno y deje rodar la locura. Es hermoso, solo que no hay que creer que es el único estado en que se hace literatura. Porque corre el riesgo de no escribir más que una página en toda la vida.»
Si quieres enterarte más sobre esta autora argentina, te invito a darle una mirada al número 4 de La balandra donde se publicó una jugosa entrevista a Liliana Heker. Ahí habla de sus comienzos y revela algunos detalles de una época cultural intensa que aun sigue vigente.

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