Libros | Frente a "Las olas del mundo"

Las olas del mundo,  Alejandra Laurencich

Hacía mucho que no me enganchaba con una novela. Un enganche fervoroso, de esos que te hacen andar con el libro bajo el brazo para poder seguir leyendo, apenas tengas una mínima oportunidad y  que te convierte en fan inmediato del autor. Me pasó con Las olas del mundo, la última novela de Alejandra Laurencich, publicada por Alfaguara hace poco. Y no quería esperar más tiempo sin compartir mi lectura sobre esta novela que recomiendo no sólo leer sino atesorar.

Alejandra Laurencich.
Foto: Marcelo Pedroza
Está de más decir que hace rato que soy fan de Alejandra Laurencich. De hecho, fui una de sus talleristas durante un buen tiempo. Mucho de lo que sé de narrativa lo aprendí de ella, en su taller, a través de las lecturas que recomendaba, con sus acertadas sugerencias y correcciones. Alejandra es una maestra maravillosa, cada vez que puedo lo digo. Sin embargo, lo que voy a comentar sobre su novela, si bien tiene algo de personal también es objetivo. Hago la salvedad, porque a veces la crítica puede ser tildada de “amiguista” si se me permite la expresión. Aunque esto no es una crítica sino una lectura.

Las olas del mundo es la segunda novela de Alejandra Laurencich. Antes había publicado Vete de mi y los libros de cuento Coronadas de gloria, Historias de mujeres oscuras y el reciente Lo que dicen cuando callan, un volumen que compila todos sus cuentos e incorpora algunos nuevos. También publicó el libro El taller. Nociones sobre el oficio de escribir. Todos los libros publicados por Alejandra Laurencich son una muestra impecable de su oficio narrativo, Las olas del mundo no es la excepción.

La protagonista de Las olas del mundo se llama Andrea. Es ella, en primera persona, quien inicia la historia, a sus trece años. Acaba de conocer a una chica que la deslumbra con su personalidad. Alguien a quien nunca olvidará. Lo interesante es que a la historia de Andrea se debe sumar la historia que ella misma imagina. Usa parte de lo que ve para crear una realidad paralela en la que se sumerge buscando opacar lo que pasa en la superficie. Están en 1976, justo el año en que cae el gobierno de Isabel de Perón y toman el mando los militares en Argentina. Una época turbulenta, triste, que marcó a muchos. Andrea trata de sobrevivir a los manotazos, busca cobijo en ese mundo de fantasía que le da seguridad. Va poniendo pañitos tibios en lugares estratégicos. Mientras a su alrededor, todo lo que creía feliz se desmorona, se vuelve un espejismo. Ella sobrevive, sí, pero a un costo muy alto.

La segunda parte de la novela está narrada en tercera persona y no creo que sea un capricho. Se cuenta desde el punto de vista de una Andrea adulta que busca recomponer la casa familiar para poder venderla. La circunstancia fortuita de pasar por la Ex-ESMA y tropezarse con el recién inaugurado Museo de la Memoria, le dispara todas las alarmas. Recuerda la fantasía que había creado de niña y que  había enterrado porque la creía peligrosa, ciertos hechos familiares se lo habían demostrado. De pronto, se ve enfrentada de nuevo a aquello y se pregunta: ¿quien es ella?, ¿qué tanto tuvo que ver con el devenir de los hechos? Entonces, decide hacer un último esfuerzo. Purgar los fantasmas.

Para saber qué pasa con Andrea tendrás que ir a buscar el libro. Sólo me atrevo a adelantarte que la cuestión de la dictadura está muy solapada, en eso se diferencia de otros títulos que tocan el mismo tema. Además, el trabajo del narrador es magnífico. Las olas del mundo es un libro que deberían leer quiénes están empezando a escribir para ver cómo se trabaja la voz, que no deja de ser la de Andrea pero vista desde dos lugares distintos. Hay una narración dentro de la narración. El mundo alternativo de Andrea recrea otros personajes y situaciones que se van adhiriendo al lector. Y de pronto, como si se tratara de la novela de las diez, te encuentras deseando que Andrea te cuente —como a Marí, su mejor amiga y cómplice— quién es ese "Él" de su fantasía, un "Él" pensado en Spinetta, como se piensan tantas otras cosas en el relato. Ese también es un detalle importante: la música y, en especial, el rock. Un elemento fundamental en la novela que se justifica por la presencia de un hermano mayor al que Andrea admira y que la mete en ese mundo de los grandes. Aunque Las olas del mundo no es una historia autobiográfica, hay mucho de eso. Quien haya vivido aquella época se podrá sentir identificado y quién no lo hizo conocerá con detalles la cotidianidad de quienes sí estuvieron. Si todavía no leíste el libro te recomiendo buscarlo, es una joyita que vas querer tener en tu biblioteca.

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