Cuento | Izar la bandera




Apenas entraron al Templo les entregaron unas batas y los hicieron cambiarse. Juan desapareció entre la gente, a pesar de que Cirilo le pidió que no lo dejara solo. Deja la mariconada, escuchó que le decía antes de irse. Cirilo se quedó tieso, esperando el ataque de pánico. El Templo era el mejor club swinger de la ciudad, y la entrada una ganga, según Juan. Ya vas a ver que después de esta noche se te pasa la taquicardia, había pronosticado en el camino. Todos sus problemas eran culpa de la bruja castradora de su madre. Demasiada represión lechácea, había agregado a carcajadas, y él se había dejado arrastrar. Pasaban los minutos y la taquicardia no llegaba. Se sentía una cucaracha inmunda. A su alrededor, aumentaban los gemidos, las frases soeces, el plaf-plaf. Actividades antihigiénicas, diría su madre. Muévete, querido, escuchó. La rubia le palmeó una nalga y siguió en lo suyo. Él dio un salto y quedó junto a una gordita. La muchacha no llevaba bata sólo las pantaletas. Lo miraba, se relamía. Comenzó a frotarse las tetas. A Cirilo le hormigueaban las pelotas. Imaginó una bandera, izándose despacio por el mástil. Qué imbécil, pensó, ni aun así dejó de sentir la firmeza creciente. No podía creerlo, ¡y sin taquicardia! Miró hacia atrás para cerciorarse de que las insinuaciones de la gordita eran para él. Sí, no había dudas. ¡Sucia!, la voz de su madre le taladraba la cabeza. Pero Cirilo quería tocar a la muchacha, hundirse entre sus tetas, decirle soecidades. La atrajo hacia él, se frotó contra aquel cuerpo carnoso y tibio. Métemela, pidió la gordita. ¡Ni se te ocurra!, la voz de la madre amenazaba con obligarlo a bajar la bandera. ¡Bruja castradora!, gritó él, y se dejó arrancar la bata.


Escribí el cuento "Izar la bandera" bajo seudónimo, originalmente, para el concurso de microrrelatos eróticos "Los cuerpos del deseo 2014". Fue seleccionado entre los finalistas y publicado por Neo Club Ediciones en la antología Ultrapornos y Minieróticos que se consigue en Amazon.com. Como  le tomé cariño al texto lo incorporo a los cuentos de #LaAquateca



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