Todas las mañanas un muerto (La Letra M, 2014) |
Te presento a Todas las mañanas un muerto, mi primer libro de cuentos. La criatura salió de imprenta y sigue su recorrido feliz hacia las librerías. ¡Tremenda alegría me regalaron los muchachos de La Letra Eme! Más que editores, unos grandes compañeros de viaje. Lo mejor del trabajo recién comienza.
El libro por fin está listo. Lo miro y todavía no me lo creo. Un libro hecho y derecho, me digo, y sigo sin creérmelo. A veces creo que funciono con una especie de delay mental, quizás solo sea una maniática. No sé. La cosa es que sigue pareciéndome increíble. Pero ahí está, su consistencia física sirve para corroborarlo. Son ocho cuentos. Los ocho los escribí en el taller de la que considero mi maestra en narrativa: la escritora Alejandra Laurencich.
Alguna vez contaré como fue la cronología de la creación de estas historias, no será ahora. Sin embargo, si quiero decir que Todas las mañanas un muerto es un libro que llevó mucho trabajo de creación, corrección y edición. Las primeras dos etapas las disfruté en el taller de Alejandra Laurencich, la última junto a Laura Massolo y Damián Martino, los dos genios que han apostado por este nuevo libro que espero recorra un buen camino.
Elsa Drucaroff escribió sobre el libro:
«Todas las mañanas un muerto es antes que nada un conjunto de buenas historias, de ésas que se pueden retomar y contar en voz alta, de ésas que hacen honor al relato como trabajo con la trama y el misterio. Hay cuentos de terror y de fantasmas, hay otros donde laten la violencia social de nuestra América Latina o el registro de una vida urbana porteña que se observa con agudeza desde ojos extranjeros. Los relatos tienen la perspectiva sutilmente distinta que logran las mujeres cuando dejan que aparezca lo que se ve diferente del mundo desde el lugar donde la cultura nos ha puesto: una mirada femenina impiadosa y crítica que además sabe generar suspenso y tiene el don de construir finales.»
Y Alejandra Laurencich escribió:
«Enmarcados en urbes violentas, en las que se desatan las pasiones o la creencia en lo sobrenatural, o allí donde lo fantástico logra fundirse con el terror, estos cuentos denuncian una época que nos sacude e interpela. Al acabar su lectura pienso que frente a la obra de un autor novel son pocas las ocasiones en las que siento la obligación de afirmar: “El nombre de este narrador será reconocido en los tiempos que vienen”. Lo hice, sin equivocarme, cuando Hernán Ronsino publicó su primera novela: La descomposición. Vuelvo a atreverme ahora, con absoluta confianza en Maumy González, autora de este libro de cuentos potente y conmovedor.»
¡Te invito a buscarlo!
Todas las mañanas un muerto en librerías, distribuido por Galerna Libros.-