¿Un escritor nace o se hace? Buena pregunta. También cabe preguntarse si a escribir se enseña, y cómo. Aprovecho la nota publicada por Emily Roberts en su blog de literatura Amuletos contra el desastre, del diario Tribuna Ávila, para compartir con los lectores de La Aquateca una mínima reflexión sobre el tema.
Cualquiera que tenga la inquietud de escribir se ha preguntado en algún momento si podrá aprender a hacerlo o debería tener alguna facultad innata que le abra el camino. Es tan común esa cuestión que la nota debate del primer número de la revista literaria La balandra fue precisamente sobre si “Un escritor nace o se hace”. Yo, como tantos otros, creo que a escribir se aprende. Pero no sólo es una cuestión de ganas sino también de trabajo. Un trabajo que si bien depende en primer lugar de quién aprende, también dependerá de quién enseña.
Emily Roberts, joven escritora española, escribió sobre este tema recientemente en su blog Amuletos contra el desastre. Ella hacía la reflexión partiendo del hecho de que en España desde hace poco se han hecho más populares los talleres de escritura. Y agregaba:
"Hay quien cree que el escritor nace y otros que se hace. Yo creo que lo que somos proviene del largo camino de lo que hacemos. Por otro lado, ¿se puede enseñar a escribir? Yo creo que sí, se puede, pero es difícil, puesto que hay muy pocas reglas y textos que las rompen magistralmente. Por eso, al final tenemos que confiar en nuestro instinto. Pero dejemos el instinto para más adelante. ¿Se puede enseñar a escribir? Sí, se puede, pero el alumno tiene que poner “el material”, por así decirlo –su imaginación–, de su parte. Los talleres de escritura llenan un hueco necesario para aquellos que buscan compartir su afición (repito: afición) y que quieren aprender algo más sobre el oficio de contar historias (y no el oficio de publicar: ese es otro cuento). Los talleres ayudan a crear un hábito a partir del ejercicio, ya que –por lo general, aunque los hay más específicos– suelen proponer la escritura de una situación que quizás no nos hubiésemos planteado. Ya dijo Picasso que inspiración y trabajo son sinónimos."
Quiere decir que se anotan un poroto los que tienen ganas de aprender. Pero ¿cómo se enseña? Muchas veces pasa que los participantes de un taller literario creen que en poco tiempo van a salir escribiendo como máquinas y no es así. A escribir sí, se puede aprender, pero también necesitamos mucha paciencia y, como decía más arriba, mucho trabajo. El taller literario debería ayudarnos a desmitificar ese concepto del escritor superdotado, poseedor de un talento sobrenatural que escribe obras geniales de un solo tirón. Por el contrario, nos debería enseñar herramientas para lograr que un texto respire, a recibir críticas, a editar y corregir. Sobre esto dice Emily:
"Editar y corregir es un proceso más complicado que escribir puesto que todo lo que has escrito viene de ti mismo y está en tu cabeza. Es necesario, pienso, contar con una opinión externa, y si puede ser más de una, todavía mejor, pues nos ayudará a ver nuestro texto con ojos nuevos, además de enseñarnos a aceptar críticas en su justa medida y a emitir críticas constructivas. Se trata, sobre todo, de saber que nuestro texto es nuestro y nosotros tenemos la última palabra sobre él –después de haber escuchado a los demás."
Por eso hablaba de tomar también en cuenta de quién se aprende. Si buscamos un taller literario procuremos hacernos de uno que se adecue a nuestras expectativas. Hay quienes prefieren el rigor, otros la sutileza, o quizás un género de escritura en particular. Talleres hay para todos los gustos. A los que están empezando les recomiendo asistir en primer lugar a alguna clínica e ir tanteando. Lo que si o si tienen que tener en mente es que el proceso no tiene que ser un problema, al contrario tienen que divertirse. Disfrutar lo que hacen.
Para tomar en cuenta:
Emily Roberts (*)
(Escritora y poeta española, 1991).
Nació en Ávila, España. Estudió Filología Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid. Fue becaria de excelencia en el grupo de investigación LEETHI y de colaboración del departamento de Literatura Inglesa de la UCM. Publicó la novela breve Lila (Ediciones Oblicuas, 2011) y el poemario Animal de huida (Ediciones Oblicuas, 2013). Participó en las antologías Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011), Al encuentro de todo (Escuela de Escritores, 2011), Hijas del pájaro de fuego (Fin de Viaje Ediciones, 2012), Atlas poético (Cuadernos del Laberinto, 2013), Erosionados (Origami, 2013). Sus relatos y poemas han sido publicados en diferentes revistas, digitales e impresas. Actualmente vive en Edimburgo, Reino Unido, donde cursa un Máster de Escritura Creativa. Escribe el blog de literatura Amuletos contra el desastre en el diario digital Tribuna Ávila. Y es coeditora del Journal of Artistic Creation and Literary Research y correctora del Forum Journal.
(*) Emily Roberts es el seudónimo de Laura de la Parra Fernández.
Blog: emilyrobertswrites.blogspot.com