Curiosidades | La ficción sensorial

Sensory Fiction [Vía]

Al leer, si la historia es buena y está bien escrita, te metes en la fantasía de la ficción y es como si te trasladaras a ese mundo imaginado. Lo completas. Vives lo que le pasa a cada protagonista. Empatizas. Ese efecto, según acabo de leer, puede ser trasladado a un aparatito que hoy está en pleno desarrollo. Acá les cuento un poco más sobre esta nueva tecnología aplicada a la lectura.

Lo leí, o mejor dicho lo vi —también hay un video explicativo, como verán más abajo—, y no lo podía creer. Sin embargo, el fulano aparatito no es tan chico, es más bien una especie de armadura compuesta —viene el libro con luces y un chaleco con asuntos electrónicos—  y la verdad es que no es para llevarlo en la cartera. Igual me pareció curioso.

Se llama "Sensory Fiction" algo así como "Ficción Sensorial"— y forma parte del programa de formación del MIT Media Lab, que se enfoca en desarrollar prototipos funcionales inspirados en las más locas fantasías de la ciencia ficción. El aparato en cuestión hace que algunos sensores y actuadores conectados en red vibren y cambien de temperatura en función de lo que "siente" el protagonista de la historia que se lee. Es decir, tecnología que permite la inmersión del lector en la ficción.

¿Cómo se logra esto? Sencillo: desarrollaron un libro conectado a una especie de chaleco portable. Algo así como un libro de tapas duras, que integra luces LED a las cubiertas, que está conectado a un chaleco que debe vestir el lector. A través de sensores las tapas cambian de color, e incluso vibran, a medida que avanza la lectura, retratando así la atmósfera de la historia. Mientras que el chaleco permite que el lector experimente las emociones fisiológicas del protagonista. Para lograrlo cambia la tasa de los latidos del corazón, promueve fluctuaciones de temperatura y de presión. 

La historia sobre la que se basa el prototipo es la novela corta La muchacha que estaba conectada, de James Tiptree. Seleccionaron esa novela de ciencia ficción porque la historia tiene una amplia gama de escenarios y emociones que les permitiría probar la teoría de la inmersión lectora. Aparentemente, la protagonista experimenta amor, desesperación, la ciudad de Barcelona al sol y el cautiverio en un sótano húmedo y oscuro. Pero mejor me dejo de palabras y los dejo mirar:





Creo que habría que probar el aparatejo para ver si de verdad funciona. Sin embargo, vale la pena detenerse unos minutos a pensar ¿hace falta? No sé. Supongo que será la diversión de algunos. Aunque tendrán que esperar a un prototipo más amigable, este es una cosa infame, a mi gusto. Y la verdad, prefiero quedarme con la vieja y siempre encantadora imaginación.