En el segundo encuentro de esta nueva edición del Taller de Lectura a Distancia de #LaAquateca leímos el cuento "Sanlugón" de Enrique Decarli. Alguien dijo que le recordó a Quim Monzó, otros mencionaron reminiscencias a Cortázar. Alguna dijo que le "fascinó la sensación de deslizarse por un tobogán con este cuento" y otra que le había parecido "una divinura. Literalidad, sencillez y ningún artilugio para incluir la dimensión fantástica". Pero también hubo alguno que no se sintió del todo satisfecho, en su opinión, el cuento "es verosímil, pero poco significativo". Algo que me parece completamente válido, por supuesto, no nos tiene que gustar todo, creo que discernir también enriquece. Te dejo con un resumen de los principales comentarios. Y espero que, si lees el cuento y te genera alguna inquietud, también dejes el tuyo.
«Por momentos me hizo acordar a los cuentos de Quim Monzó. Esa realidad (aparentemente) absurda, sin sentido. Una suerte de Benjamin Button en clave de cuento. Es curioso, pero uno de los méritos del texto es que no se ralentiza con el intercalado del diálogo. Gracias por compartirlo, Maumy.»
Severo Straffeza
«Decarli dice "...y continuar achicándose hasta desaparecer. Algo parecido a la muerte". En mi opinión, Sanlugón desaparece ante los ojos del amigo pero no muere, sólo se traslada a otra dimensión donde la comunicación no es a través de la vista, sino a través del afecto (elemento intangible). Dice Sanlugón "Mi vieja en la cama lo podría haber lastimado" los afectos se lastiman. En este cuento el narrador es un testigo de tamaño normal y nos dice que el afecto no desaparece por ser invisible. No me cuesta entrar en terreno fantástico, me agrada ese género. Gracias por compartir Maumy y curiosa la elección de cuentos: Cosas que pasan y Sanlugón, en el primero el punto de vista es desde casi el suelo viendo que lo gigante es violento e ignora lo pequeño, y en el segundo un punto de vista desde "altura normal" viendo la grandeza de lo pequeño o invisible.»
Gloria N.
«Gracias Maumy por este cuento! No conocía al autor y me dejó con ganas de seguir leyéndolo, de que me siga contando más cosas! Es genial cuando un autor produce algo así. Respecto del cuento, me da la sensación de que es de esas prosas que se pueden leer como algo simple, hasta tragicómico si se quiere en este caso, ó bien se puede ahondar en interpretaciones más profundas (como con El retrato de D Gray).»
Andrea Julia
«Me pasa como al narrador, no le termino de creer a Sanlugón.
Dudo.
Fantástico leí a Cortázar, aunque él decía "yo era mas realista que los realistas, porque ellos aceptan la realidad hasta cierto punto y lo demás es fantástico. Yo aceptaba una realidad más elástica, donde entraba todo."
Y creo que el narrador acepta hasta cierto punto porque es su amigo. Y se conforma con que ya no puedan verlo.
En tono humorístico, como la renuncia, podría decir que se tomó el palo porque estaba harto de "no llegar" a fin de mes.
Gracias Maumy, un saludo.»
Dana
«Aunque tarde logré conectarme con el cuento de Enrique Decarli. Me pareció excelente. Un buen ejemplo de literatura fantástica. Ese personaje que hereda una enfermedad que lo achica hasta desaparecer por lo menos para el ojo humano, pero que pueden sentirlo, es que el amor se siente igual aunque no se vea. Gracias por compartir tan buenos textos.»
Rosa Orchuelo
«¡Mau gracias por acercarnos a Enrique Decarli! He tenido la suerte de leerlo bastante y me parece grandioso. Paradójicamente hablando, ya que su personaje va empequeñeciéndose día a día. Me gusta de este relato la sensación de ternura que me queda, Sanlugón es tan tierno tan conocedor de su realidad que quizás llegue a convertirse en algo del tamaño de una miga de pan y, así y todo, renuncia a su trabajo dejando todo al día. Porque hasta su carta de renuncia es irónica al mencionar que el trabajo ya le queda grande. Un genio Enrique y un "grande" Sanlugón.»
Loli Ros
«Este cuento, me provocó la sensación de estar leyendo literatura para niñxs, como alguna vez dijo Graciela Montes “... la literatura para pequeños no es en absoluto
pequeña, porque es el campo donde se libran las
más grandes batallas de la cultura y el arte...” desde esa mirada rescato mi recuerdo.
El autor Enrique Decarli crea con Sanlugón un relato fantástico, lo que favorece mantener la atención, el quiebre con la realidad o su exageración provoca humor, pero mantiene una coherencia interna que posibilita seguir la trama. Presenta situaciones que, aunque improbables, resultan verosímiles.
Seleccionar textos de calidad que provoquen el regocijo y nos permitan zambullirnos en el mundo de la fantasía nos conecta con la libertad y la satisfacción.
Gracias Maumy por elegir este cuento, y gracias Enrique Decarli por haberlo escrito.»
Ely Miracca
«Hola, gracias por crear este espacio y permitirme ser parte.
Me fascinó la sensación de deslizarse por un tobogán con este cuento, muy bueno, por un momento me sentí al lado de Sanlugón, escuchando su secreto.
¡Gracias! Hasta la próxima.»
Ana Nuciforo
«La fantasía, lo mágico de la escritura. Entendí “un portal” a otra dimensión y un narrador que siente que quiere pasar inadvertido por su propia voluntad. Por un momento me hizo acordar a la peli de 1957 “El increíble hombre menguante” (The Shrinking Man) del novelista y guionista Richard Matheson, donde en este final, las cosas se tornan también irreversible. Un poco “costumbrista” para mi gusto pero interesante. ¿Existo en realidad para quienes me rodean? ¿Genética o el simple hecho de dejar de pertenecer, de ser? Maumy, una genia con la elección de lo que estoy leyendo. Gracias por compartir tal material.»
Silvana
«(...)
Gracias por esta nueva entrega. Eso es ya como un juego. Esperar el nuevo texto, leerlo, saborearlo, sentirlo y escribir (al menos intentar) sobre que nos pasa. Ya los viernes llego al trabajo, abro el correo y leo el cuento antes de meterme en la rutinaria jornada. Ahora vayamos al cuento de hoy...
Me pareció simple. No por eso de baja calidad. Tiene una simpleza pero seduce desde el inicio. Un relato donde los personajes no necesitan tanta presentación y sin embargo da la sensación de conocerlos. Lo mismo con el lugar donde sucede el hecho. ¿Será tal vez porque trabajo en una oficina? ¿Hay "Sanlugones" aquí que hacen comentarios "que hacen escupir el mate"? Lo que sí sentí es esa familiaridad que todo buen texto debe tener.
Por otra parte está el "encogimiento" del personaje. Yo lo interpreté como una fuga de la realidad rutinaria. Por eso la renuncia como marca. Sanlugón se va de la oficina como quién se va a vivir otra vida, como aquél personaje de la canción "La balsa" que busca partir hacia la locura. Sin embargo el relato te deja con una intriga de saber que pasó con él y el propio narrador. Por ahí se referenció a Julio Cortázar por lo fantástico. Fue el primer autor que se me cruzó al leer el cuento de Decarli.
¡Felicito al autor y todxs lxs que estamos en este taller!
(...)»
Roberto Deibe
«Es evidente que es un cuento bien escrito, que cumple con las exigencias de lo verosímil, pero no me ha gustado tanto. Es un cuento de calidad, claramente, pero me suena a liviano o desabrido, tanto su humor como su seriedad. Respecto al humor, por ej., el telegrama de renuncia es un chiste que no podría haber hecho Sanlugón. Y respecto a la frivolidad con que el protagonista se toma el caso, y la renuncia de su compañero (pese a conocerle todas sus caras y verlo todos los días) hace, a mi juicio, que tampoco se hable de la naturaleza de la muerte, o de la desaparición, o del olvido. (La frivolidad de un compañero de trabajo no me parece tema atractivo para un cuento.)
Y disfrutar el cuento por la fantasía misma, digamos, el efecto fantástico, podría ser una opción, pero creo haber agotado eso con los autores del boom. No se si les pasa. Pero creo encontrar mejores especímenes de esta raza en Cortazar o en Bioy o en Fuentes, y más específicamente, en Monterroso o Rubem Fonseca.
En resumen diría que el cuento, en mi opinión, es verosímil, pero poco significativo.
Traté de ser sincero, espero no sonar demasiado excéntrico, soberbio o mal educado. No escribo mejor que este señor (Maumy sabe de mis dificultades!). Pero creo que es importante definir dónde está la posibilidad de la escritura en cada uno de nosotros.
Gracias Maumy! Estas lecturas nos hacen ganar siempre, gusten o no.»
Pablo Mores
«Sanlugón me pareció una divinura. Literalidad, sencillez y ningún artilugio para incluir la dimensión fantástica. El autor hace nacer esta historia valiéndose tan solo de una frase dicha al pasar con humor. Buenísima combinación, yo caí en sus redes como una chorlita, le creí todo desde el comienzo al personaje y me emocionó la complicidad de esos amigos y compañeros de trabajo,que aceptan, no se juzgan, y se respetan en esto de no cuestionar lo que puede haber de destino inevitable en cada familia. Sanlugón, ese apellido tan particular, me pareció una pirueta del autor, por qué no pensar que es un juego de palabras entre el Lungo,que en un lunfardo o cocolique se le dice al extremadamente alto, y Sanlugón que se encoge hasta desaparecer.
Sentí un perfume cortazariano al leerlo, tal vez esa ternura y candidez de los personajes me evocaron algunos cronopios.
Intentaré seguir leyendo a Decarli, disfruté mucho este cuento.
Un abrazo y muchas gracias por este encuentro.»
María del Carmen Allegrone
De nuevo, ¡muchas gracias a todos y cada uno de quienes se sumaron a leer y comentar! Por supuesto, gracias a Enrique Decarli por haberme permitido publicar su cuento en #LaAquateca, y habernos acercado su comentario sobre la trastienda creativa de su obra.
El próximo jueves nos volveremos a juntar on-line a leer otro de los #NarradoresRioplatenses que he escogido para esta segunda etapa del Taller de Lectura a Distancia. Recuerda que esta es una actividad gratuita y exclusiva para miembros de la comunidad de #LaAquateca. Si quieres sumarte sólo tienes que completar el formulario haciendo clic acá. La otra opción es que me escribas a difusion.aquavioleta[@]gmail.com y te anoto.
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